La importancia de educar en positivo en el aula

Como mucha gente sabrá, soy maestra y mi profesión es al mismo tiempo mi vocación. Disfruto apasionadamente de la enseñanza y me encanta siempre idear cosas chulas para hacer en clase. Pero también es cierto que soy muy joven y todavía me queda un largo camino por recorrer y mucho que aprender y, como todo el mundo, cometo errores. 

Un error muy común entre tanto padres y maestros es la tendencia a educar en negativo. Traduzco con unos ejemplos comunes muy ilustrativos: "no te muevas", "no tengas esto tan desordenado", "si te portas mal te castigaré", "eres un desastre", "no te he dicho mil veces que no hagas esto?", etc. 

Un ejemplo muy habitual de este fenómeno en el aula es escoger a un alumno que se está portando bien y hacerlo encargado de apuntar en la pizarra los nombres de aquellos niños que se están portando mal. Automáticamente el resto del grupo señala a los niños apuntados como "los malos" de clase, añadiéndole al asunto el hecho de que así prestamos atención a los niños que están presentando comportamientos que no queremos que se repitan. 

En mi infancia toda la vida se hizo así. Recuerdo haber sido encargada en 4º de Primaria de apuntar en la pizarra los nombres de los niños que se portaban mal cuando se iba la profesora. Recuerdo que me encantaba salir a la pizarra y escribir con el rotulador azul, pero también recuerdo sentirme como una "chivata" por apuntar a los que hablaban. 

Hace poco hice lo mismo con mis alumnos, después de ver que otras maestras lo hacían así. Tuve que salir un segundo del aula y dejé a una alumna al cargo. Apuntó dos nombres. Realmente no se habían portado tan mal pero sus nombres estaban ahí, en la pizarra, y toda la clase los miraba. Entonces aún no se me había ocurrido (ya he dicho que soy muy joven y aún me queda mucho que aprender) que quizás podría hacer lo mismo en positivo, es decir, en vez de señalar a los que se portan mal y prestarles una atención que no merecen... (ya que muchos podrían imitar su mal comportamiento para que se les prestase atención) ¿por qué no señalar a aquellos que se portan bien y cuyo comportamiento quiero que imite el resto de alumnos?

Hoy he hecho la prueba, pero no he tenido que salir de clase. A lo largo de toda la hora he ido observando a los alumnos y he hecho en la pizarra una lista con una carita sonriente. Debajo, con tizas de colores, he puesto los nombres de los 4 o 5 alumnos que se estaban portando muy bien (también he procurado observar a los que de normal no se portan tan bien y he apuntado a los que se esforzaban por portarse bien).

Dos minutos antes de salir de clase los he reunido a los 5 delante de la pizarra, y he preguntado al resto de alumnos por qué creían que había apuntado a sus compañeros en la pizarra. Las respuestas han sido variopintas: "porque ha estado callado", "porque ha trabajado concentrada", "porque ha recogido muchos papeles del suelo sin que nadie se lo pidiera", "porque no ha estado paseándose por la clase", etc. Luego, les hemos dado la enhorabuena y nos hemos ido a casa. 

Desde el inicio del curso nunca había visto a los alumnos trabajar tan bien como lo han hecho hoy. El hecho de saber que podía escribir sus nombres en la pizarra sin avisar les ha hecho trabajar de una manera mucho más efectiva que si destaco a los alumnos que no se estaban portando bien. De hecho, los alumnos más movidos han empezado la clase como siempre, levantándose todo el tiempo de su sitio, despistándose, hablando con los compañeros... y han terminado trabajando concentrados, sentados y hablando mucho menos que de normal. 

Es obvio que en muchas ocasiones no podemos dejar pasar una riña, pero sí que podemos hacer todo lo posible por evitar las situaciones que puedan dar a ello. Educar en positivo ("trabaja sentado", "ordena un poco la mesa", "si te portas bien estaré contenta y te atenderé", "puedes esforzarte más", etc) es una forma estupenda de evitar situaciones que den paso a una riña, de motivar a los alumnos y de que se sientan capaces de que pueden lograr cualquier cosa.